Las Reliquias de Santa Teresa del Niño Jesús visitan nuestra Parroquia

Del 09 al 10 de Octubre
Prepárate

En la Parroquia nos estamos prepar ando para acoger con gozo las reliquias de Santa teresa del Niño Jesús y de la Santa Faz (1873 – 1897), patrona de las misiones y Doctora de la Iglesia, que visitan nuestro país este año 2011. Mientras tanto, como preparación, te ofrecemos un artículo sobre el sentido de la veneración a las reliquias elaborado por el rector de la Basílica de Sante Teresita en Lisieux (Francia).

 

A PROPÓSITO DE LAS RELIQUIAS DE SANTA TERESA DE LISIEUX
por Bernard LAGOUTTE,
rector de la Basílica de Lisieux.

El origen del movimiento de veneración de las reliquias de Santa Teresita del Niño Jesús y de la Santa Faz hay que buscarlo en el cementerio de Lisieux poco tiempo después de su muerte, ocurrida el 30 de septiembre de 1897.

En el Carmelo, cu ando moría una hermana, se redactaba un escrito necrológico que se enviaba a los amigos del monasterio. El de Teresa del Niño Jesús fue compuesto a partir de tres manuscritos autobiográficos que ella misma había escrito por obediencia. Su éxito dio lugar a la primera edición de Historia de un Alma, que se publicó el 30 de septiembre de 1898 , con 2000 ejemplares. La segunda edición tuvo lugar en mayo de 1899 y en 1900 se publicaron 6000 ejemplares. Se hicieron numerosas traducciones, primero en inglés, el 1901, después, en los cuatro años siguientes, en ocho lenguas más.

Muy pronto los lectores de Historia de un alma comienzan a llegar a Lisieux en peregrinación a la tumba de Teresa. También escriben al Carmelo para pedir reliquias El movimiento va creciendo: Un cortejo de peregrinos sube cada día, desde la estación a las colinas donde se encuentra el cementerio de la ciudad, a rezar ante la tumba de Teresa. Se realizan milagros y tiene lugar la curación, el 26 de mayo de 1908, de una niña ciega de 4 años, Reine Fouquet, de origen modesto a la que su madre había traído el día anterior a la tumba de Teresa. Esta curación milagrosa tuvo una enorme repercusión.

Las peregrinaciones a la tumba son cada vez más numerosas. Muchas personas rezan con los brazos en cruz, otras depositan flores en la tumba o dejan allí sus exvotos: muletas, bastones, aparatos de todas clases ( cf. Guía del peregrino, Descouvemont, p.449), encienden cirios… Se organizan gr andes peregrinaciones. El cuerpo de Teresa fue exhumado en el cementerio de Lisieux el 6 de septiembre de 1910, en presencia del obispo y de algunos centenares de personas. Los restos fueron depositados en un féretro de plomo y llevados a otra tumba. Una segunda exhumación tuvo lugar los días 6-10 de agosto de 1917. El 26 de marzo de 1923 se realizó la traslación solemne del féretro desde el cementerio a la capilla del Carmelo. La beatificación de Teresa tendrá lugar en Roma el 29 de abril de 1923.

El 17 de mayo de 1925, también en Roma, fue la canonización. En Lisieux, el 30 de septiembre de 1925, el delegado del Papa Cardenal Vico, se arrodilló ante la Urna entreabierta donde reposa el cuerpo de Teresa, para depositar una rosa de oro en la mano de la estatua yacente realizada en 1920 por el monje Marie-Bernard, de la trapa de Soligny.

¿Cómo explicar este «huracán de gloria» que, en un cuarto de siglo, dio a conocer al mundo entero a esta joven muerta a los 24 años y 8 meses?

Es toda una epopeya que Historia de una vida ( libro de Mons. Guy Gaucher) permite conocer. Es el camino de una mujer que tuvo la osadía de creer, con una temeraria audacia, en el amor misericordioso del Padre, «la realidad más gr ande y fundamental del Evangelio» (Juan Pablo II en Lisieux).

Nuestro propósito aquí no es presentar el mensaje de Teresa, ni los hechos que han permitido que sea conocida en todo el mundo ésta «Doctora de la Iglesia». Queremos limitarnos solamente a lo que sucede alrededor de las reliquias de Teresa tanto en Lisieux como en los diferentes países por los que han peregrinado.

 

TERESA Y LAS RELIQUIAS

En cuanto a la veneración de las reliquias la misma Teresa es un testimonio de calidad… Durante su viaje a Roma (4 de noviembre – 2 de diciembre de 1887) Teresa, de 14 años y medio, tiene enormes deseos de buscar, tocar y coleccionar reliquias:

– En Milán, «Nosotras ( Celina y yo) éramos muy intrépidas , siempre íbamos las primeras, inmediatamente después de Monseñor, para poder ver todo lo relacionado con las reliquias de los santos y escuchar bien las explicaciones. Por ejemplo, mientras él celebraba la Santa Misa sobre la tumba de San Carlos, nosotras estábamos con papá detrás del Altar con la cabeza apoyada en la urna que guarda el cuerpo del santo revestido de sus ornamentos pontificales. Y así hacíamos en todas partes…»(Ms A, 58vº)

– «¡En una palabra, Loreto me encantó! ¿Qué puedo decir de la santa casa?….¡Ah!, me emocionó profundamente encontrarme bajo el mismo techo que la Sagrada Familia , contemplar aquellas paredes en las que Jesús posó sus ojos divinos, pisar la tierra que José regó con su sudor y donde María llevó en brazos a Jesús después de haberlo llevado su seno virginal…Visité la salita en la que el ángel se apareció a la Santísima Virgen.. .Metí mi rosario en la escudilla del Niño Jesús…¡Qué recuerdos tan maravillosos!…Pero nuestra mayor alegría fue recibir al mismo Jesús en su casa y convertirnos en su templo viviente en el mismo lugar que Él honró con su presencia» (Ms A,59vº).

[Se podía citar toda la página…:raspar furtivamente las paredes santificadas por la presencia divina, ya que su casa será la nuestra durante toda la eternidad…Él no quiere darnos la de esta tierra, se contenta con mostrárnosla para que amemos la pobreza de la vida escondida; la que Él nos reserva es su palacio de Gloria donde lo veremos cara a cara…]

– Roma: el Coliseo. Teresa y Celina desafían las prohibiciones, sortean obstáculos para tocar «la tierra sagrada» donde «combatieron los mártires»

» Mi corazón latía muy fuerte al posar mis labios en el polvo en el que había sido derramada la sangre de los primeros cristianos. Pedí la gracia de ser también mártir por Jesús y sentí en el fondo de mi corazón que había sido escuchada…Todo esto sucedió en muy poco tiempo y después de coger algunas piedras, volvimos hacia los muros en ruinas para volver a comenzar nuestra peligrosa empresa. Papá, al vernos tan dichosas, no tuvo valor para reñirnos y yo me di cuenta de que estaba muy orgulloso de nuestra valentía…»

(Ms A, 60vº-61). – Las dos hermanas siguen acumul ando reliquias: en la iglesia de Santa Inés:
» Hice todo lo posible por conseguir una reliquia de la angélica patrona de mi Madre querida para traérsela. Pero no pudimos conseguir más que una piedrecita roja que se desprendió de un rico mosaico cuyo origen se remonta a los tiempos de Santa Inés y que ella debió mirar muchas veces. ¿No resulta encantadora la amabilidad de la Santa, al regalarnos ella misma lo que buscábamos y que nos estaba prohibido coger? …»(MsA, 61vº-62rº).

 Florencia, ante la tumba de Santa Magdalena de Pazzi:

«Muchas personas deseaban pasar su rosario por la tumba de la Santa , pero sólo yo pude meter la mano a través de la verja que nos separaba, así que todo el mundo me daba sus rosarios y yo me sentía muy orgullosa de mi oficio…Siempre encontraba el medio de tocarlo todo, así en la iglesia de La Santa Cruz de Jerusalén (en Roma) pudimos venerar varios fragmentos de la verdadera Cruz de Cristo, dos espinas y uno de los clavos sagrados encerrado en un precioso relicario de oro, pero sin cristal y así yo encontré la forma , al venerar la preciosa reliquia, de pasar mi dedito por una de las aberturas del relicario y pude tocar el clavo que baño la sangre de Jesús..» (Ms A 66r°-v°).

La actitud de Teresa ante las reliquias es muy significativa: Las busca por lo que representan; no las quiere por algún a aspecto mágico, sino que a través de ellas va al Evangelio, a la vida de los Santos, a la persona de Jesús.

Incluso al final de su vida Teresa encuentra en la veneración de las reliquias un medio para sostener su fe en la prueba. Conmovida por la vida de Théophane Vénard, un joven martirizado en Tonkín, pide que le coloquen una estampa suya en las cortinas que rodean su lecho, junto a una de la Virgen María y las fotografías de sus cuatro hermanitos muertos. Teresa había leído la biografía y la correspondencia de Theophane Venard (1829-1861), joven sacerdote de las Misiones Extranjeras de París, nacido en Deux-Sevres, que fue decapitado a los 32 años en la ciudadela de Hanoi…En una de sus poesías (PN 47, del 18 de febrero de 1897), cita pasajes extraídos de sus cartas que había recopilado. Se conmueve hondamente ante la gr andeza del misionero y del santo y «quiere pasar su cielo haciendo el bien en la tierra hasta el fin del mundo», sin descanso.
El 6 de septiembre le llevan una reliquia de Theophane Venard. La acaricia y pide que se la acerquen para besarla.

Las reliquias de este santo la sitúan en la fe y dan un sentido a su agonía y a su muerte, Teresa tiene el mismo amor y la misma pasión misionera que el mártir.

El relicario de Theophane Venard había sido llevado al Carmelo por una religiosa de la congregación de la Inmaculada Concepción y le fue devuelto después de la muerte de Teresa. Recientemente y con ocasión de la publicación del vídeo «Teresa, una carrera de gigante» (Octubre de2002) una hermana de dicha comunidad, que se ha unido a las hermanas de la Sagrada Familia , ha traído a Lisieux este relicario: Hoy forma parte de la exposición de objetos de Teresa que se encuentra en el Centro de acogida.

 

PEREGRINACION DE LAS RELIQUIAS POR EL MUNDO
Teresa, por medio de sus reliquias, está siendo recibida en todo el mundo con manifestaciones distintas

¿Qué buscan las muchedumbres que se acercan a ella de todos los lugares y países y no solamente los católicos, sino también fieles de otras iglesias cristianas e incluso de otras religiones- sobre todo del Islam?. ¿Qué buscan?

«El instrumento de marketing mediático» (como lo llama un profesional del turismo) es, sin embargo, pobre a pesar de la belleza del relicario donado por Brasil y de su casco protector de pexiglás… Las muchedumbres manifiestan un entusiasmo sencillo, pero no una actitud mágica ante las reliquias.

Tocan el relicario, lo reciben con recogimiento silencioso, con signos festivos, con alegría, con flores, con aplausos, con fuegos artificiales, con cantos, con orquestas pero, sobre todo, rezan, lo veneran, se emocionan. Todas las personas que lo reciben quieren participar en la Eucaristía, en la plegaria.

 Se realizan celebraciones penitenciales, se recibe el sacramento del perdón, se hacen largos e intensos momentos de oración. Todos quieren conocer mejor a Teresa, leer sus obras, tener estampas y medallas suyas.

La veneración de las reliquias es ciertamente una experiencia del creyente ante lo sagrado.

Teresa nos ayuda a comunicarnos con Dios y a tener una relación filial con Él. Es importante saber qué significan las reliquias.

 

PARA UNA CATEQUESIS EN TORNO A LAS RELIQUIAS

Las reliquias nos conducen a Teresa. Comprender a Teresa es saber cómo vivió su fe. Su vida es un testimonio, su mensaje es clarividente, sus actitudes liberadoras, su discernimiento lleno de equilibrio.

Pero, al venerar sus reliquias, el peregrino no «sólo recuerda» sino que se encuentra con Teresa. Tiene que vivir con ella una experiencia personal, única, decisiva para su vida. En cierta manera, el pasado de Teresa no le interesa sino en cuanto que ella «está en el presente», en el hoy y esta presencia representa lo que el peregrino será mañana. Por eso es indispensable una catequesis antes, durante y después del paso de las reliquias, pues la pasión de Teresa es la de amar a Jesús. La actualidad de Teresa nos pone delante del sentido de nuestra propia actualidad: nos abre a la presencia de Cristo resucitado..

Teresa no puede ser comprendida más que entr ando con ella en la escuela de Jesús.
El punto de partida de la catequesis es preguntarse por el sentido de las reliquias.

 

EVITAR RIESGOS «SIN SENTIDO»

En primer lugar nos encontramos con la postura «racionalista»: La veneración de las reliquias es algo antiguo que ha llevado, en la historia de la religiones, a hechos absurdos (cf. Libro de Calvino). Los lugares de peregrinación se han peleado por tener reliquias, las han creado, han hecho comercio con ellas.

El hombre, abrumado por su condición, por el miedo al dolor y a la muerte, ha sentido la necesidad de protestar contra lo que le «aplasta». Y se refugia en conductas «mágicas» que lo protegen y que le permiten vivir. Hoy la ciencia ha esclarecido todas esas actitudes que son producidas por el poder del subconsciente. Muchos fenómenos extraordinarios que tuvieron lugar en el pasado han encontrado en la actualidad explicaciones científicas. Aquellas cosas que hoy no podemos explicar podrán serlo mañana. Esta postura, como punto de partida, no considera los hechos en sí mismos. A priori ve en las reliquias superchería ingenua, explotación, debilidad del espíritu humano.

La actitud opuesta es la que hace abstracción de todo espíritu crítico. «Las reliquias…,»están bien», funcionan…, son un talismán que protege. Lo sobrenatural se ve como una fuerza radioactiva que, sin ser vista, actúa. Se deben de realizar un cierto número de actos, no se puede fallar y así se obtendrán resultados. Las medallas, el relicario, las plegarias son pasos obligados. Para estar más seguro hay que invocar a San Benito o a otros taumaturgos conocidos. La historia de Teresa está muy lejos de todo esto.

ENTRE LAS DOS EXISTE UN CAMINO «DE SENTIDO»(LLENO DE SENTIDO) es el verdadero camino espiritual: proponer el testimonio de Teresa, las diferentes etapas de su vida, las preguntas, los descubrimientos, las fuentes, el sentido que dio a su vida… Es la propuesta de la fe. Teresa no enseña, no desarrolla conceptos; vive su experiencia espiritual (no habla de ella más que para responder a las peticiones que le son propuestas: Ms A y C , o sugeridas Ms B). No escribe para tener discípulos, pero piensa que su camino puede ayudar «a muchas almas» a encontrar el suyo. Lo que Teresa nos ofrece no es un pensamiento teológico basado en ella misma sino los medios para que vivamos una experiencia espiritual. El último texto que escribió (detrás de una estampa, el 25 de agosto de 1897) los resume: «No puedo tener miedo de un Dios que se ha hecho por mí tan pequeño…¡Lo amo porque no es más que Amor y Misericordia!

Cu ando se pregunta a los peregrinos, sea cual sea su edad, cultura, país, religión es esta la idea central que les atrae del mensaje de Teresa: «Dios es amor» es la base de todo , incluso cu ando la «noche de la fe» puede desvanecer la conciencia del creyente.

Hablar de experiencia espiritual es hablar de» vida según el espíritu». Él fue quien actuó en la vida de Teresa, en su persona y también lo hace en nosotros cu ando nos abrimos a su presencia en respuesta a la llamada que provoca en nosotros la veneración de las reliquias. El encuentro con Teresa hace posible, si queremos, el encuentro con el que fue el Amor de su vida.

Las manifestaciones en torno a las reliquias nos sorprenden, parece que forman parte de «la religión popular» (¿por qué tiene siempre esta expresión un sentido negativo?) La religión «del pueblo de Dios» no forma parte de la «teología en acción» que tanto le gustaba al Papa Juan Pablo II?. Es decir que es un lenguaje sobre Dios, sobre el encuentro de Dios con el hombre.

La liturgia está abierta a esta catequesis, pues también ella es un camino simbólico, que habla a todos los sentidos y no sólo a la inteligencia.. En de todos las celebraciones que se organizan en torno a las reliquias, la liturgia es importante y se centra en los sacramentos de la Iglesia de Cristo, en la palabra de Dios. La liturgia produce en el corazón lo que Pablo llama «signos del Espíritu»: paz, alegría, confianza, reconciliación, capacidad de soportar los sufrimientos…

En los diferentes países por donde han pasado las reliquias siempre se constatan idénticos movimientos de conversión (metanoia), es decir, se pasa de lo que uno es, de lo que uno piensa , de lo que uno vive a una confianza no fundamentada en razones humanas sino en el sentido que da la fe a la vida humana. Es la apertura a una experiencia personal de lo trascendente más allá de las posibilidades humanas: Cristo resucitado, que vivió en el corazón de Teresa, está en el corazón del creyente.

Los lugares de peregrinación son a menudo catalizadores que hacen posible esta experiencia. Los signos hablan: «Nos hiciste ,Señor para Ti y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en Ti». (San Agustín).

En Lisieux, lo lugares teresianos (Buissonnets, catedral de San Pedro, Carmelo, Basílica), son vectores de todo esto. Es posible «experimentar» los signos (los sacramentos) y reencontrar, por medio de Teresa, a Dios que fue el centro de su vida.

Teresa, Doctora de la Iglesia, nos ofrece toda una gama de medios para desarrollar esta catequesis:
– importancia que para ella tenían los sacramentos.
– la palabra de Dios con la que tuvo un encuentro especial.
– el sentido de la vocación en la Iglesia.
– los hechos de su vida que dan fe de su unión con Cristo resucitado.
– su vida sencilla y escondida
Llevar las reliquias a un país supone:
-una acción contra corriente: presentar la vida, el mensaje y el simbolismo que desarrolla Teresa.
-una catequesis adaptada el momento en el que Teresa está en ese lugar: celebraciones colectivas, momentos de oración, de veneración, sacramento de la Reconciliación, etc.

-un aval para seguir con lo que se hace y una invitación a estar atentos para que la semilla sembrada germine con fuerza.
El gran «actor» de todo es el Espíritu Santo que ayuda a que las almas se abran al mundo espiritual.


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